Sextante 08 | Octubre 2020

Poco más de 60 días y contando para llegar a finales de este 2020 pandémico y crítico en múltiples sentidos. El mundo sigue convulsionado con este cisma que comenzó sanitario y que se ha extendido a prácticamente todas las esferas de la vida diaria, desde la económica y política, hasta la social, laboral y personal.

Mientras en el hemisferio norte, con el inicio del otoño, comienzan lentamente con la segunda ola de contagios, en nuestra mitad del globo terrestre el verano que llegará en breve augura mejores tiempos para las infecciones respiratorios, entre ellas la que provoca el coronavirus.

En nuestro país, las autoridades gubernamentales empezaron a adoptar públicamente una actitud más cautelosa respecto a la marcha de la economía, mientras los contagios en varias regiones del mundo amenaza con cortar su recuperación. En esta línea, el deterioro del mercado laboral es una realidad, estimándose que este año cerrará con 70.000 empleos menos.

El empleo, o mejor dicho su deterioro o destrucción, constituye una prioridad tanto para los gobiernos como para las comunidades, familias y personas. De su existencia o no depende, en buena medida, el bienestar y paz social. Esta crisis en la que el Covid-19 nos arrojó está suponiendo un adelanto de lo que se vendrá más temprano que tarde: una transformación económica y social dinamizada por una creciente automatización y una mutación significativa de lo que se entiende por trabajo y/o empleo.

Asoma un mundo en el que la robótica y la automatización llegarán para quedarse, al tiempo que será crucial que las organizaciones y las personas puedan amigarse con la incertidumbre y la flexibilidad. Vienen tiempos desafiantes que sería bueno que los afrontemos entre todos, haciendo hasta lo imposible por no dejar a nadie rezagado.

Para ello, y a todo nivel, será necesario la definición del rumbo, el ejercicio de liderazgos en mayúsculas, así como la puesta en práctica de pautas y políticas claras que redunden en un ambiente propicio para la creación y prosperidad de una cada vez mayor red de organizaciones.

Deja un comentario