Estar a cargo en la “nueva normalidad”

Las crisis en todos los niveles desnudan la naturaleza de las personas así como también de las organizaciones, dejando el descubierto aspectos que en tiempos “normales” pasan desapercibidos. El Covid-19, una crisis de proporciones gigantescas, está significando el momento de verdad para aquellos que están a cargo de otras personas.

A nivel global asistimos actualmente a una diversidad de respuestas por parte de los jefes de gobierno de muchos países frente a la crisis provocada por la pandemia. Una cosa ha sido la proactividad del gobierno de Nueva Zelanda y otra la negación de la situación en países como EEUU, Inglaterra, México o Brasil. En algunos de ellos, el retraso ha derivado en graves consecuencias.

Es altamente probable que, para los líderes organizacionales, el manual que utilizaban en el tiempo pre-Covid19 ya no sea tan relevante y útil, en la medida que lo más probable es que las personas regresen con nuevas perspectivas a sus trabajos luego que se levante el confinamiento.

Abrir de nuevo después de un cierre de actividades sin precedentes significa que las personas volverán a trabajar con miedo a lo desconocido y ansiedad por el futuro. El trabajo remoto será una norma y muchas personas aún no se sienten cómodas con la línea no tan clara que divide lo profesional de lo personal.

Los jefes pueden tener dificultades para generar confianza en entornos virtuales, muchas carreras pueden verse afectadas, muchas personas perder sus empleos y muchas empresas ver deteriorado su desempeño por la desaceleración general de la economía. Todas estas disminuciones pueden provocar que las personas a cargo tengan el desafío de hacer más con menos.

«Los vientos y las olas siempre están del lado de los navegantes más capaces»

Edward Gibbon

En este sentido cabe preguntarse qué mentalidad deberían adoptar las personas a cargo en las organizaciones en la era post Covid-19. Compartimos a continuación algunas ideas y sugerencias:

Poner a las personas en el centro de la eficiencia en los negocios.

La incertidumbre de este tiempo ha sacudido a las personas y cuando eso acontece las personas necesitan relacionarse, alguien en quien confiar, alguien que les escuche y también pueda comprender sus necesidades y puntos de vista.

Influir y liderar siempre ha tenido que ver con las personas y mucho más cuando toca navegar juntos en el medio de una tormenta como la actual. Los navegantes más capaces son los que pueden empatizar con las personas, reconocer sus necesidades, ayudarles a mantenerse en el camino con sus prioridades, así como garantizar su seguridad física y psicológica. Incluso cuando en los negocios quien está a cargo debe tomar decisiones difíciles sobre las personas, ejecutarlas con decencia es una elección que un líder habitualmente toma.

Ayudar a las personas a adaptarse a las nuevas realidades.

La incertidumbre, por definición, es una situación que evoluciona permanentemente y junto a ella también nuestra comprensión y capacidad de respuesta. Cuando las personas lidian con la incertidumbre y los temores asociados con ella, necesitan comprensión acerca de cómo pensar en lo que hay que hacer. Quien lidera algo dedica tiempo a escuchar y mantener conversaciones regulares y abiertas con sus colaboradores, con el propósito de ayudar a que éstos se puedan adaptar a los cambios en marcha. Es fácil empujar a las personas al cambio, pero es bastante difícil construir el contexto y acompañarlas mientras transitan por tiempos inciertos.

El trabajo virtual más real que nunca.

El trabajo a distancia llegó para quedarse y esta crisis nos ha demostrado claramente que es posible. Sin embargo, trabajar y colaborar con personas a distancia y a través de una pantalla es muy diferente de trabajar bajo un mismo techo y cara a cara. Los líderes deberán comprender los matices de trabajar de forma remota, crear momentos de conexión en línea y crear rituales para que las personas compartan lo más libremente posible. Mantener a los equipos unidos, comprometidos y encaminados es todo un desafío en este nuevo escenario.

Flexibilidad y capacitación.

Cuando las personas deciden el lugar y la hora desde donde trabajarán, los líderes deberían tener presente, mucho más que antes, que mantener el control es una utopía. Los líderes deberán ser flexibles y de mente abierta cuando trabajen con un equipo remoto. Así, en lugar de tratar de controlar los aspectos más finos para hacer el trabajo, los líderes deben centrarse en las personas, su alineación con el propósito, su participación en el suministro de soluciones y los resultados que ofrecen.

Intensificar la comunicación

En tiempos que evolucionan rápidamente, como sucede ahora, las personas a cargo no deberían esconderse detrás de llamadas telefónicas o correos electrónicos cuidadosamente redactados. Es crucial hablar con la gente de manera abierta, honesta, valiente y transparente. La comunicación creíble y consistente que pone a las personas primero está en el corazón de la creación de alineación en un equipo. Esto significa también que las personas a cargo deben ser radicalmente transparentes sobre la situación de la empresa, tener la intención de estar conectados con sus colaboradores y socios, así como valientes y honestos para comunicar y enfrentar comentarios y situaciones complejas y difíciles. En este sentido, es relevante  mantener abiertas las líneas de comunicación con la gente, ya sea a través de reuniones de equipo, informales uno a uno y/o comunicaciones a nivel de toda la organización.

Manejar las propias emociones

Quien está a cargo de algo no puede esperar la calma de sus colegas cuando de modo frecuente no puede dejar de exhibir su propia ansiedad. Predicar con el ejemplo es el camino. Por lo tanto, liderar una crisis comienza por reconocer las tensiones que habitan en uno mismo, ser conscientes de los comportamientos y actitudes y en consecuencia tener el control emocional correcto cuando se navega por aguas de incertidumbre.

Construir y fomentar la confianza

Cuando la situación organizacional es desafiante y las personas trabajan de forma remota, la confianza puede erosionarse rápidamente. La creación de confianza con equipos remotos en tiempos de crisis posiblemente sea el desafío de liderazgo número 1.

Los líderes se ganan la confianza de su gente cuando exhiben calidez, se preocupan por las personas, se comunican con claridad, dan ejemplos correctos, demuestran integridad, permiten el desempeño de su equipo y ayudan a las personas a lograr un progreso / crecimiento significativo mientras se enfrentan a lo desconocido.

Simplificar lo más que se pueda

Estos son buenos momentos para enfocarse en lo esencial. Es posible que tenga procesos, rituales, comunicaciones y estructuras organizativas que sean redundantes. Este es un gran momento para eliminar lo innecesario y centrarse en lo que sí lo es. La simplicidad genera foco.

El impacto real del Covid-19 en las organizaciones probablemente  se materialice durante todo este 2020 y principios del próximo año. Hasta entonces las organizaciones necesitan que las personas que estén a cargo de timonear la nave sean tranquilas, valientes y centradas. En crisis como la actual, la diferencia radica en poder unir a las personas detrás de un propósito común y que quien esté a cargo del timón pueda hacer lo correcto.

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