Profesionalmente artesano

Mucho antes que la revolución industrial, del siglo XVIII en adelante, fuera provocando la migración de personas desde el campo a las ciudades, los artesanos formaban parte de la cotidianeidad de villas y pueblos y anteriormente en la vida alrededor de los castillos de los señores feudales. Escribo esto y pienso en esas películas sobre la Edad Media, tipo Robin Hood, donde aparecían los que trabajaban el metal, la madera, el cuero, los tejidos, hasta los que cargaban rocas, como en la estupenda novela histórica La catedral del mar.

Ser artesano tiene que ver con el uno a uno, con lo singular, con lo hecho a medida, con aquello que huye del empaquetado, lo industrial y la masificación. Ser artesano es ajustar el producto o servicio que se ofrece a las particularidades de aquel a quien se sirve. Concebir el producto o servicio que uno ofrece como una obra de arte a la que se le pone cariño, creatividad, imaginación, dedicación y que también es el resultado y la co-creación entre el artesano y su cliente.

Como psicoterapeuta (un artesano de la psiquis) es asunto diario trabajar con la singularidad, con el caso a caso, en el entendido que cuando un sujeto consulta es porque algo le pasa, está sufriendo o afligido, sea esto a causa de un conflicto consigo mismo, con otros y/o tal vez con el ambiente del que forma parte. Qué pasa, por qué le pasa y cómo construir una solución son tres preguntas que están guiando constantemente la dirección de la terapia. Es una suerte de bucle que se interroga por el presente, ahonda en las raíces de ese conflicto y se adentra en la construcción de una salida para el sujeto que está padeciendo.

Geometría variable. En numerosos posts de esta página me he referido al cambio de época que estamos viviendo, cambio que está impactando e impactará cada vez más a sujetos, organizaciones y países, porque los cambios tecnológicos inciden e incidirán cada vez más en aquello que entendemos por trabajo. Las organizaciones, es un asunto de tiempo, ajustarán sus plantillas y cada vez propondrán trabajo acorde a los proyectos que tengan que abordar. El trabajo para toda la vida en la misma organización será cosa del pasado y toda actividad que pueda automatizarse será automatizada. Por ello es crucial formar para emprender y convertirse en artesanos en aquella materia que a cada uno se le de mejor hacer. Aquí el autoconocimiento (propósito, conocimientos, habilidades) cobra y cobrará un relevancia sin precedentes.

En escenarios y contextos desordenados y volátiles como los actuales (por favor piense en un rock & samba) las organizaciones (empresas) de mayor tamaño están tendiendo a configurarse de modo variable, con una plantilla permanente y otra variable de acuerdo a los proyectos que haya que ejecutar. Proyectos es la palabra clave arriba del rock & samba y es no sólo beneficioso sino sobre todo necesario prepararnos para ello, para trabajar por proyectos y tejer redes.

Transformar las organizaciones. En este mundo líquido, al decir de Bauman, o rock & samba, por mí, la gran clave está en poder responder(nos) qué es líquido y qué solido. Antes de internet, la rigidez jerárquica y burocrática tenía su razón de ser en las organizaciones: la información que circulaba era escasa y quienes la gestionaban en general eran los que gobernaban. Hoy, en tiempos de saturación informacional, lo que tiene valor es lo intangible, el talento, aquello que no se puede tocar con las manos. Paradoja: en un mundo líquido, lo sólido son los intangibles, tu talento, habilidades y conocimientos, puestos al servicio de otro/s para solucionar un problema, producir mejoras o satisfacer necesidades.

En materia organizacional, la pregunta clave es cómo atraer, tratar y retener a las personas que agregan valor, a los sujetos que realizan un aporte diferencial para la consecución de los resultados. El desafío es cómo liberar ese potencial y la creatividad de los colaboradores, en un contexto dominado por nuevas formas de colaborar y trabajar.

Si la organización/empresa es vivida como una jaula, usted está en problemas, sea dueño o sea empleado/colaborador. El puente a construir (no se trata de dar el salto) es hacia una organización concebida como una red, donde apoyarse y elevarse sea un asunto colectivo, así como donde conversar, compartir y colaborar.

Como consultor para el desarrollo humano, para el desarrollo de personas, trabajando en muchos casos junto a una red de colaboradores, me enfoco en solucionar problemas concretos en la organización, en mejorar la adaptación de la empresa a un entorno cada día más inestable. Lo que distingue mi propuesta es concebir a la empresa como un organismo vivo que se beneficia y a veces necesita ser acompañado para transformarse. El cómo lo hago se asemeja a lo que sucede en un espacio psicoterapéutico, donde cobra especial valor la palabra, la transparencia, el conversar y el desarrollo de las relaciones. Los negocios, los buenos negocios, se conjugan con buenas relaciones humanas; sólo así es posible hablar de ganar-ganar y tejer redes basadas en la confianza.

«Quien no está ocupado en nacer, está ocupado en morir» – Bob Dylan

En tiempos movidos, inciertos e inestables como los actuales, revisar y calibrar la brújula interior, de forma periódica, sino permanente, es probablemente el mayor bien que nos podemos regalar. Tejer redes y brindarles mantenimiento permanente (a aquellas que lo sientan de la misma forma), fundirse con el entorno para poder transformarlo (como Bruce Lee con el agua) y estar dispuestos a la co-creación constante están siendo las claves para ubicar a las personas en el centro de toda actividad y emprendimiento.

 

Crédito de la imagen de cabecera: www.diariovecinos.com.uy/2018/07/23/semana-del-artesano/

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