En los últimos años, desde Compass Consultores venimos acompañando a Grupo Life, la red de residenciales más importante de Uruguay, que decidió asumir un compromiso profundo: cuidar mejor, empezando por los vínculos entre quienes cuidan. No se trató de aplicar recetas ni de imponer desde arriba. Se trató —y se sigue tratando— de recorrer un camino compartido, entre equipos que enfrentan contextos exigentes, liderazgos que buscan sostener sin agotarse y una dirección que eligió escuchar y mejorar.
La antropóloga Margaret Mead decía que el primer signo de civilización no fue una herramienta, ni una vasija, sino un fémur fracturado y curado. En el mundo animal, una fractura así suele significar la muerte. Que ese hueso haya sanado implica que alguien cuidó, protegió y alimentó. Cuidar al otro fue el primer gesto verdaderamente humano.
En las organizaciones pasa algo similar: el verdadero cambio comienza cuando se cuidan los vínculos.
Una transformación que no empezó con un plan, sino con preguntas
El punto de partida fue claro: había una rotación evitable, alguna tensión y desgaste, y fundamentalmente «suelo fértil» para potenciar lo más valioso, el cuidado cotidiano. Desde Compass propusimos una intervención integral, con foco en la escucha, la participación y el aprendizaje. Entre los procesos implementados destacamos:
- Encuentros de Reflexión Organizacional: espacios periódicos para conversar sobre tensiones, fortalezas y decisiones compartidas.
- Formación de liderazgos intermedios: fortaleciendo el rol de las encargadas como articuladoras del día a día.
- Kit emocional: recursos accesibles para promover el buen trato, el reconocimiento y el compañerismo.
- Encuestas participativas de satisfacción: diseñadas en conjunto para conocer cómo se sienten quienes cuidan.
- Procesos de mejora continua: priorizando la adaptación continua basada en la escucha y el aprendizaje colectivo.
Cuatro aprendizajes
Este proceso nos está dejando aprendizajes clave que van más allá del sector salud:
- El cambio real no se decreta. Se conversa, se construye, se prueba, se ajusta.
- La participación no es un lujo. Es la base de soluciones sostenibles.
- Escuchar también es intervenir. Lo que transforma no siempre es lo que se dice, sino lo que se está dispuesto a oír.
- Liderar en red necesita sostén. Especialmente para quienes articulan la estrategia con las operaciones.
Una cultura que se transforma con las personas adentro
Acompañar este proceso reafirma una convicción: las organizaciones que cuidan también necesitan ser cuidadas. Detrás de cada mejora hay personas comprometidas que merecen ser vistas y apoyadas. En Compass creemos que las culturas se transforman cuando los equipos se sienten protagonistas, cuando las conversaciones cambian y cuando el sentido compartido guía el rumbo.
Porque donde hay cuidado, hay civilización.
Y donde hay civilización, todavía hay esperanza.
Descubre más desde Conectar-Aprender-Transformar
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

3 comentarios sobre “Donde hay cuidado, hay civilización, hay esperanza”